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1/31/2012


Cuento: La noche
Por Nykte Bustamante
@Nykte

En medio de la noche un sudor corrió por su frente, su sueño inquieto la hacía moverse para un lado y el otro de la cama. No definía lo que pasaba, pero mientras dormía su cuerpo respondía con una excitación fuera de lo normal.



En lo denso de la oscuridad de la noche, unas manos se marcaban en su piel, pero no se podían ver. Esas manos recorrían palmo a palmo el cuerpo, comenzó a sentir jalones de su ropa, para ese momento, ella ya estaba despierta, solo que no se podía mover ni abrir los ojos. Sin embargo, aquello que estaba entrando a su cuerpo, no tenía rostro ni forma. Ella podía sentir el placer como si se tratase de una persona real. Pero el miedo que sentía por estar paralizada era más aterrante que gozoso.

El sudor escurría por su frente, justo en ese momento algo pasó que cambió toda la atmósfera del lugar, una luz reconfortante apareció al lado suyo, no podría saber de qué se trataba, pero si podía sentir la belleza que de esa luz emanaba. Entonces sintió como aquello que la usurpaba, se movía con más fuerza y más furia, como si supiera que estaba a punto de terminar su acto malvado. Entonces sintió como si una fuerza lo jalara de su cuerpo y vio a la luz tomar aquello que la sujetaba fuera de ella.

Un gran alivio inmediato apareció en su cuerpo, pese a no poderse mover aún, sentía como su cuerpo rápidamente regresaba a la normalidad. Por fortuna, había pensado en sus ángeles en el momento de sentirse paralizada. De pronto escuchó un ruido aterrador y de pronto, el silencio.

Volvió a hacer un recorrido mental de su recamara, ya no se sentía esa presencia aterrante, una mano dulce se posaba en su cabeza, un sopor placentero la invadía mientras conciliaba nuevamente el sueño. En lo que ella sintió un instante, sonó el despertador, abrió los ojos. Todo parecía normal en su habitación la luz entraba por la ventana como todos los días. Todo en calma, vagamente recordaba el sueño aquel de sentirse presa por aquel ser terrible y aterrante, al meterse a bañar, algo la estremeció, su ropa interior lucía desgarrada y presentaba moretones en formas de dedos, unos dedos gigantes. Se miró al espejo y comenzó a sudar helado, su respiración se cortó, el miedo surcó sus venas. No podría creer las horribles marcas en su piel, incluso algunos araños.

Estaba a punto de gritar cuando sintió humedad en su rostro, algo que se le montaba a su cuerpo, nuevamente no se podía mover, abrió los ojos y lo miro, ahí estaba parado. Rufino su gatito latoso que como todas las mañanas la despertaba para que le diera de comer. De la noche anterior no recordaba nada, solo sentía mucho cansancio, como si no hubiese dormido. Eso sí, al pasar junto al espejo no resistió el mirar si en su cuerpo acaso hubiese marcas de algún tipo y no, no había nada pero  al mirar al plato de su gato se sorprendió al darse cuenta… que su gato ya estaba comiendo, como si ella le hubiese dado ya de comer ¡Pero si ella estaba parada frente al espejo y no se había acercado al lugar a donde guardaba la comida!

Un sonido la alertó y entonces la miró, era ella, parada frente a ella pero sin verla, se metía al baño a lavarse e iniciar, como todos los días. ¡Pero eso no podía ser! Ella aún seguía parada frente al espejo… ¿O no?

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¡Descubre tu ser de Luz que llevas dentro!

2 comentarios:

  1. buenisimo, solo q no me late mucho eso de quedarme con la duda de....¿ y que paso finalmente ?..
    pero en si, me encanto tu cuento!, lamento mucho no haber podido leerlo ayer q lo publicaste esq estaba desde el movil.

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  2. El misterio que albergan los espejos. Una realidad que sueña y un sueño que se realiza. ¿Cómo responde el cuerpo? ¿Es con el amanecer que se despierta?

    El insomnio también es la tregua que acuerdan el tiempo y los momentos para descansar cansando a los cuerpos ;-)

    Aplausos a tu escrito. Saludos en letras...
    @OrlanSilva

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